La ducha a temperatura ambiente nos ayuda a la estimulación de la fuerza vital (sistema nervioso simpático) obligando al organismo a reactivarse y no necesariamente a enfermarse.
Cuando tomamos una ducha de agua a la temperatura del ambiente, después de hacer ejercicio, ésta se encuentra a una temperatura inferior a la de nuestro organismo, al contacto con la piel se produce una reacción del sistema nervioso llamado vaso-constricción periférica. Esta consiste en el cierre de los vasos sanguíneos a nivel periférico, para conservar el calor del cuerpo y además se incrementa el ritmo circulatorio purificando nuestro sistema sanguíneo, cargándolo de Praná.
Una vez que hemos tomado el baño, viene otra respueta del sistema nervioso llamada vaso-dilatación, como consecuencia de esto se produce un relajamiento del sistema nervioso, un aumento del ritmo circulatorio, tonificación de todos nuestros órganos internos, aceleración de la función suprarrenal, eliminación de sudor y orina activando las defensas naturales.
Este tipo de baño nos brinda una agradable sensación de limpieza y tranquilidad.
A fin de evitar efectos contraproducentes, es recomendable seguir ciertas reglas al realizarlos:
- No abrir la boca debajo del agua. Respirar por la nariz para que el aire entre tibio a los pulmones. A través del laberinto nasal, el aire se calienta, se filtra, se humedece para llegar a los pulmones con la calidad debida evitando así enfermedades.
- No exponer el cuerpo completo al agua sino por partes. Por ejemplo, empezar por los pies. luego piernas, manos, brazos, tórax, espalda, cabeza.
- En clima o tiempo de frío se recomienda frotarse con una esponja y al secarse seguir frotándose con la toalla. El efecto es que estimula las terminaciones nerviosas de la piel produciendo sensación de calor.
En todos los casos el baño consiste en un duchazo rápido y no es una larga sesiónde baño. Se busca ante todo la reacción fisiológica, sin por ello menospreciar la limpieza del cuerpo. Así que la duración no debe pasar de los diez minutos.